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Sep 14

La escucha activa y la escucha reverente*: Pilares de la formación

En Trébol Consultores promovemos la escucha como pilar fundamental de ambientes sanos que contribuyan al desarrollo laboral y personal de quienes son parte. En esta ocasión, queremos ahondar en lo que significa instaurar una cultura organizacional basada en el diálogo y una escucha respetuosa.

Cada día oímos una infinidad de sonidos y palabras. Sin embargo, para que OÍR se convierta en ESCUCHAR se requiere de más componentes: una disposición mental, claves verbales y un lenguaje corporal que demuestre tal disposición. Así, cuando hablamos de escucha activa en el momento en que una persona se acerque a dialogar sobre un tema laboral o personal, nos referimos a detener toda acción que entorpezca la conversación y redirigir la atención completamente al diálogo.

Además de la idea de la escucha activa – herramienta que desde hace bastante tiempo acompaña los procesos de formación en habilidades interpersonales – queremos presentar la escucha reverente como un complemento que permitiría fortalecer las relaciones y construir ambientes laborales saludables. Aunque los autores Rud y Garrison explicaron la importancia del concepto reverent listening en ambientes educativos, la idea puede ser aplicada a toda organización que se base en el respeto y la colaboración entre las personas.

Una escucha reverente refiere a actuar con respeto, reconocer la importancia de buenas relaciones humanas y asumir que necesitamos el apoyo de otros/as. Asimismo, se trata de ser conscientes de que nuestros esquemas mentales no son los mismos que los de otras personas. Para alcanzar una escucha respetuosa es importante evitar los extremos de auto erradicación y egoísmo que Garrison describe como actitudes que impiden la escucha. El primer comportamiento implica sacrificar el sentir individual, mientras que la segunda actitud busca controlar y manipular la voluntad de la otra persona para imponer las ideas propias.

En general, para instalar la escucha activa y reverente se requiere alcanzar una situación equilibrada donde ambas personas expresen asertivamente sus ideas y sentimientos, mientras buscan puntos de encuentro que lleven a soluciones conjuntas. Así, se empieza a entender la escucha más como una “actividad creativa” que reconoce las posibilidades de transformación que tiene la comunicación.

Para practicar la escucha activa, recomendamos:

  • Tener una mente abierta para evitar prejuicios.
  • Evitar hablar de sí mismos/as.
  • Dejar que la otra persona hable, sin interrumpir, pero acompañando la conversación con gestos (asentir, sonreír, etc.).
  • Detectar las ideas claves y confirmar el entendimiento de lo conversado.
  • Establecer contacto visual y mantener una postura tranquila y quieta.

Asimismo, en una escucha reverente se debe:

  • Evitar imponer nuestros sentimientos, juicios y/o soluciones al interlocutor/a. No se puede asumir que los sentires o reacciones de la otra persona son iguales a los nuestros.
  • Aceptar que no todas las personas se enfrentan a los problemas de la misma manera o con la misma actitud.

Mientras una escucha activa refiere a la disposición mental y física necesaria para establecer una conversación donde la comunicación funcione efectivamente; una escucha reverente se basa en el respeto y, por tanto, implica apreciar las diferencias culturales y valorar las virtudes de las personas con quienes colaboramos.

Ambos elementos son matices que nos parecen fundamental a la hora de desarrollar habilidades interpersonales y fortalecer relaciones dentro de las organizaciones. Continúan siendo tan relevantes de trabajar en las personas y por eso, son componentes críticos en la construcción de los procesos de formación de Trébol. Si quieres trabajar en impulsar estos elementos de la comunicación para crear ambientes saludables en tu organización, puedes escribir a contacto@trebolconsultores.cl