Luego de meses de exposición a un mundo en pandemia, con todas las consecuencias que esto ha traído, es plausible que nuestra motivación para echar a andar nuestros proyectos se haya visto afectada. Dedicamos este espacio a explorar sobre este tema, desde nuestra experticia como consultores y profesionales de la salud mental.
Los meses de verano para el hemisferio norte suelen ser de descanso, de vacaciones, de recargar energías y reordenar el mapa del año. Pero esta vez mucho/as estamos viviendo una experiencia distinta. La situación respecto a las salud mental de las personas y su interés por mantener proyectos y actividades se ha visto más desafiada por las limitaciones que la pandemia ha traído: distanciamiento físico, menos contacto con nuestras redes humanas, permisos y controles a los que no estábamos acostumbrados/as, equilibrar las responsabilidades laborales, familiares, domésticas, etc. Es por eso que ha sido más frecuente que nunca escuchar frases como «ya no doy más», «estoy muy aburrida de esta situación», etc.
Nuestro trabajo como consultores nos ha permitido estar cerca de esa experiencia con grupos humanos, notando que para todos y todas, la motivación es un desafío actualmente. Para eso, hemos recopilado información que puede ser de utilidad para quienes estén pasando por sensaciones y emociones similares. Recomendamos tomarlas con cautela y ser conscientes, que esto es una aproximación más superficial sobre cómo mantenemos nuestra motivación y que siempre puede ser útil consultar a alguien con experticia en el tema en caso de considerar que se requiere un apoyo más profundo.
Entonces ¿Cómo nos mantenemos motivados/as? Aquí algunas sugerencias*:
1. Reconocer lo que sientes: sientes rabia? ten rabia! Para darle espacio a la rabia, la frustración o incluso la ira, lo primero y básico es reconocerla y aceptar lo que sientes. Algunos les llaman «habitar las emociones», refiriéndose a no desconocerlas, a darle espacio a lo que verdaderamente sentimos. Eso significa un esfuerzo de honestidad contigo mismo y con otros. Sin embargo, en psicología se habla de la Paradoja de la aceptación: una vez que empiezas a reconocer esos sentimientos menos llevaderos, es cuando empiezan a tener menos influencia sobre ti. En lenguaje simple y cotidiano: Admitir que «estás chato/a» es el primer paso a la libertad.
2. Expresar lo que sentimos: Usualmente se habla de encontrar «formas saludables» para expresar sentimientos mal llamados «negativos». ¿Qué es eso saludable? pues eso lo definirá cada persona, pero sí podemos decirlo: es importante expresarlo. La rabia y la tristeza pueden ser sentimientos que se visualicen como obstáculos si no encontramos formas de encausar esa energía. La actividad física, una conversación abierta y profunda, gritarle a un cojín, meditar, etc. Buscar tu forma personal y saludable de darle curso a esas emociones fuertes es crucial para tu bienestar.
3. Cuestiona lo posible: Los seres humanos tendemos a armar regularidades y costumbres. Pero fruto de lo vivido muchos se han cuestionado desde muy pequeñas cosas si es que no las podían hacer de otra manera. Es «la oportunidad» que la pandemia ha ofrecido. Para varios significó cambiar a sus hijos/as a un sistema escolar que les haga más sentido, cambiar su modo de vida, o incluso el lugar donde viven! Si tienes la posibilidad de elegir (y los recursos para actuar) puede que sea posible para ti mover ciertas aspectos de tu vida para que el día a día sea menos estresante y así disponer de más energía y motivación para enfrentar tareas que las requieren, como el trabajo y la familia.
4. Invierte en auto-cuidado: Un cliché es tal porque se ha repetido tantas veces que suena a algo viejo, pero eso no significa que esté errado: invertir (tiempo, energía, dinero, recursos) en actividades simples, pero que ayudan a liberar endorfinas y a combatir la sensación que nada se puede cambiar. Cada uno/a de uds sabe cuáles son esas actividades y cómo podemos darle espacio en nuestra vida laboral.
Para seguir explorando otras técnicas y formas de mantener la motivación en las personas de tu organización, puedes escribirnos a contacto@trebolconsultores.cl
*Este articulo es una traducción, adaptación y síntesis de una artículo publicado en Harvard Business Review cuyo artículo completo puedes leer aquí